Legado Ronald Modra
Un ángel en nuestros  caminos

  Cuan difícil es  encontrar personas correctas, nobles, amables, pensaba yo durante mis largos años de trabajo como administradora de casinos. Que  difícil  era entender el tema de la enfermedad, entender  que llegado unos años ya debería aceptar el tener que atenderme por una u otra dolencia.

     Cada día pensaba y  repasaba  en mi mente estas interrogantes, que  se podía hacer, si  ya todos lo decían… enfermarse  era parte de nuestras vidas, y  si  con los años era casi inminente aceptar que solo en los libros de superación se encontraban personajes buenos.

    Pero no contaba que dentro de un tratamiento natural para un quiste mi percepción y vida cambiaría, cuando  hace más de un año  llegué  a  la consulta del iridólogo en la Central de El Guardián de la Salud. Allí vería a un hombre entregando una charla de Alimentación saludable. Esto despertó en mi gran interés por lo que empecé a  asistir a ratos para escuchar a medida que  podía, ya  que aún trabajaba inserta en un ambiente de estrés y  envidias.

Quedé impactada cuando me enteré que ese afable señor, sencillo y  gracioso, no  solo era el director sino el dueño de este  interesante diario ¿Cómo podía ser posible que  fuera realidad encontrar  personas  así? Me volvió la esperanza y alegría, la fe en los demás.

Por eso, al recibir la noticia del cese de mis funciones en noviembre del 2009, en aquel hostil trabajo, no  pude sentir tristeza, todo  lo contrario. Porque desde ahí a la fecha no he parado con maravillarme de encontrar respuestas a todas mis inquietudes. No  solo mi vida cambió por  creer en “Los Ángeles”, en los enviados de Dios, sino que  escuchando las charlas, aprendiendo, hice los cambios en mi vida  y en mi alimentación, que hasta ahora me tienen saludable.

Aprendiendo que podemos morir en salud, que las enfermedades no son más que  un parte de esta “industria de la enfermedad”, que podemos vivir felices y sin el miedo constante al que hemos estado sometidos.

Pero lo mas importante ha sido la  motivación que este  señor llamado Don Ronald Modra me dio, el  amaba al prójimo, por  eso se entregó tanto a enseñar a otros, amaba al prójimo como Dios dice que debemos hacerlo. Tanta fue mi impresión, mí agradecimiento a él, que  eso me motivó a que “contra viento y marea” instalara mi  local  naturista. No  podía dejar de apoyar su gestión, tenía  que responder al llamado  de él, que nos decía “Está información no es para guardarla, sino  que para divulgarla”, no quería personas sentadas escuchando, quería  personas actuando.

Desde mi decisión  a la fecha no ha sido fácil, pero tan solo con verlo siempre  atento, listo  para responder cualquier inquietud me daba fuerzas para seguir con esta labor. Con verlo ayudar  a otros de lo que he sido testigo, no  podría  dejar de ser activa en este camino natural.

Ahora que  ya no está con nosotros ciento aún más su amor y entrega, su  vocación por aportar nobleza, humildad, sabiduría, por mejorar la calidad de vida de tantas personas.

Don Ronald,  su llama no se extinguirá, sino que flameara cada día con más fuerza.

Lo extrañaremos mucho, con  amor.

Paola Serrano Bueno, una  “guardiana de la salud activa”, siguiendo el legado de Don Ronald Modra Roberts.
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